viernes, 14 de mayo de 2010

Reseña: Pobreza en México, Alternativas viables para combatirla de Roberto Parra Mendoza


La pobreza es uno de los temas más polémicos de hoy en día. A pesar de que siempre ha existido, no se ha llegado a un consenso en cuanto a su definición por ser un tema multidimensional y porque las necesidades básicas de los seres humanos varían con el tiempo. Si esto parece una complicación, la polémica se empeora al llegar al debate de cómo combatirla, en este punto las propuestas son diversas y muchas veces incluso contradictorias.
El investigador Roberto Parra Mendoza en su libro Pobreza en México abarca los dos temas. La primera parte del libro se centra en definir que es pobreza y cuáles son las formas de medirla. Empieza hablando desde sus orígenes y aunque acepta la definición de que la pobreza es la carencia o penuria de recursos, hace mucho énfasis en que cualquier análisis de ella debe ubicarse en el marco del momento histórico a que hace referencia.
Esta precisión lo permite adentrarse en el tema de la globalización. De acuerdo con Parra, antes los pobres eran los vasallos y despojados de la tierra y debido a este proceso mundial ahora los pobres son los grupos relegados del mercado y del progreso tecnológico. Estos factores benefician primero al capital y hasta el final la condición de los humildes.
Por tal motivo la pobreza radica en mayor proporción e intensidad en las economías subdesarrolladas o emergentes. Estos países no tienen la misma capacidad para adaptarse a los procesos nuevos y son vulnerables a los movimientos de capital internacional.
Debido a que el mercado: no puede autoregularse, presenta fallas, es incapaz de hacer equitativa la distribución de la riqueza y no genera bienestar social; el autor propone que tomen un papel activo el Estado, los empresarios y la sociedad civil para revertir las condiciones adversas de la pobreza y mitigar las agresiones del capitalismo. Desde su punto de vista, la pobreza es resultado de fallas estructurales y por tal motivo las autoridades deben de intervenir para combatirla.
El autor no se queda en decir que se debería hacer, sino propone como hacerlo. En México, el combate a la pobreza se ha concentrado en las acciones que el Gobierno Federal realiza mediante la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL). Aunque estos programas han logrado ciertos avances estos no son suficientes. Para realmente poder cambiar las relaciones sociales de producción o distribución de la renta, Parra Mendoza dice que, se necesitan cambios estructurales en las relaciones de producción que deberían ser propuestos desde la legislación.
La segunda parte del libro trata sobre las alternativas para poder combatir la pobreza. Esta parte es mucho más corta que la primera y menos profunda, por tal razón me parece que el título no expresa claramente el contenido del libro. Sin embargo, las propuestas aunque no son muy específicas y muchas ya han sido tratadas, en su conjunto resultan novedosas. Esto es visible en los ejes estructurales donde menciona como necesaria la vocación, la trascendencia, e incluso la eliminación de la actitud de indiferencia sobre la pobreza como formas de eliminarla.
Los programas específicos que propone para mejorar los procedimientos de reducción de la pobreza son: 1) orientación y seguimiento, 2) provisión alimentaria y despensas, 3) salud integral, 4) educación integral, 5) apoyo para vivienda, 6)capacitación laboral, 7)inserción laboral y 8)sustentos determinados.
Si bien es cierto que hay muchos programas impulsados por el gobierno que cumplen con la mayoría de los puntos, estos son en su mayoría para aliviar las necesidades inmediatas de los pobres. Por lo tanto, de estos puntos los más interesantes resultan el 6 y 7 ya que representan una inversión para el futuro donde se necesita la participación directa de los pobres para superar sus condiciones.
Uno de los puntos que me parecen más interesantes y que pueden causar más discusión es su argumento de que la globalización ha sido una fábrica que genera pobres. Aunque estoy de acuerdo en que sobre todo los países emergentes han tenido dificultades para adaptarse al proceso, no creo que sea la globalización el problema, sino más bien que se dio demasiada libertad sin existir condiciones de equidad o al menos una buena regulación.
La mayoría de los Estados se han preocupado por utilizar la globalización como medio de crecimiento económico, ya que de esta manera piensan que se puede alcanzar el bienestar social. Esto no es suficiente, la clave debería estar en alcanzar un crecimiento con reducción de la desigualdad y para conseguirlo aún los pobres deberían de participar en este proceso. Aunque es cierto que los cambios actuales han disminuido el poder del Estado, este al contar con poderes como la exacción, la coerción y la atribución de imponer leyes puede regular de forma interna como asimila la globalización.
Quizá la parte menos interesante del libro es donde se retrata el caso específico de Michoacán. En este capítulo se focaliza demasiado la información para ser un libro que comienza hablando de la pobreza como concepto general y no resulta un ejemplo interesante. Sin embargo, me parece que la primera parte del libro es buena y hace un retrato interesante de lo que es la pobreza, sus orígenes y las formas que existen para medirla.
Recomiendo la lectura porque nos recuerda que el Estado sigue siendo el principal constructor de sus políticas y leyes independientemente de que su autonomía se pueda encontrar limitada. Es un error creer que el mercado se encargara de distribuir eficientemente y de regular su actuación.
Si la globalización ha hecho imposible cerrar nuestras economías y comunicarnos con los demás, debemos de aprovechar sus ventajas. Sin embargo, lo más importante es poder conocer las características de nuestro propio país y poder implementar programas que ataquen los puntos específicos que causan la pobreza. La globalización no es buena ni mala simplemente depende de cómo la asimile cada país.
Bibliografía:
Parra Mendoza, Roberto. Pobreza en México: Alternativas viables para combatirla, México D.F: Trillas, 2008

domingo, 21 de marzo de 2010

El Estado ¿aún soberano?


Esta entrada al blog será la última que haré en referencia a los medios de comunicación y la pérdida de soberanía por parte del Estado-nación. En mis entradas pasadas he mencionado el gran poder que han alcanzado los medios de comunicación, ya que debido a la influencia que ejercen sobre las personas y el poder económico que tienen, han obligado a las autoridades a jugar bajo sus reglas y escenarios. Esta situación ha generado que cada vez sea más difícil para el Estado regularlos y tomar decisiones aisladamente de la influencia de estos.
Jorge Carpizo en su texto “Globalización y los principios de soberanía, autodeterminación y no intervención” menciona que la soberanía radica en la facultad de legislar, sin que otro poder pueda determinar el contenido de las normas[1]. Con el poder que han alcanzado los medios de comunicación esta facultad del Estado cada vez se vuelve menos autónoma, ya que las autoridades muchas veces terminan cediendo a las peticiones de estas empresas de la comunicación por temor al manejo, control y uso de información que puedan hacer.
El poder de los medios para enmarcar datos y símbolos con elementos de interpretación (framing) y priorizar jerárquicamente la información (priming), contribuye a que estas empresas puedan actuar irresponsablemente al manejar la información, utilizándola como una mercancía más y ejerciendo un poder oculto que actúa y presiona pero es irresponsable políticamente[2].
Este recurso que tienen los medios de comunicación es muy alarmante sobre todo porque el Estado es el encargado de regular las relaciones, establecer las pautas de convivencia y garantizar los derechos de las personas; sin embargo, si cede a las presiones de estas empresas pueden no verse garantizados estas pautas ni los derechos relacionados con la igualdad y libertad si a estos consorcios no les conviene.
Esto no quiere decir que sea demasiado tarde, como he mencionado en otras entradas, el Estado no ha perdido su soberanía porque sigue teniendo capacidad de acción y toma de decisiones aunque su facultad de legislar si pueda ser influida por otros actores. Sin embargo, el problema radica en que si los Estados no modifican su capacidad de respuesta a las nuevas demandas y circunstancias que la globalización ha traído; el vacio que dejen ellos será ocupado por otros actores (en este caso los medios de comunicación), haciendo de esta manera más difícil mantener el control interno.
Para que cada vez sea más efectivo el papel de los estados en el control a los medios de comunicación, propongo que los gobiernos empiecen por las áreas donde si tienen capacidad de acción como: a) garantizar como derecho fundamental la libertad de expresión, b)regular el acceso de los actores sociales a los medios de manera que pueda ser amplio e independiente de los poderes estatales, c)promover un derecho de acceso a la información pública amplio y e)procurar tener una población más educada para que sea menos proclive a ser manipulada.

Fuentes:


[1] Jorge Carpizo, "Globalización y los principios de soberanía, autodeterminación y no intervención" p.9. El artículo puede encontrarse en: www.bibliojuridica.org/estrev/pdf/derint/cont/4/art/art4.pdf
[2] Ibidem, p.10-13.

domingo, 14 de marzo de 2010

Los medios de comunicación ¿ingobernables?


El catedrático Manuel Castells, en una ponencia presentada en el Seminario sobre “Sociedad y reforma del estado” en Brasil, comentó que: el Estado sigue siendo un elemento esencial en la regulación económica, política y social; pero dentro de importantes límites estructurales y culturales y con formas de actuación históricamente nuevas.[1]
Estas formas de actuación históricamente nuevas se deben a procesos recientes como la globalización, la cual en gran medida ha sido posible debido a un sistema tecnológico donde los medios de comunicación han tenido un papel fundamental, ya que ellos ayudan a transportar la información. Sin embargo, como he argumentado en entradas pasadas al blog, el estado no ha tenido la capacidad de regular eficientemente el poder que han alcanzado los medios de comunicación.
Según Castells, lo que caracteriza al sistema de medios en su conjunto es su creciente capacidad de escapar del control del estado y la dependencia a de las autoridades hacia estos medios. Con base en esto surge la pregunta ¿son ingobernables los medios de comunicación? Es claro, que los intentos de regulación por parte del Estado a este sistema no han sido efectivos porque a estas tentativas de control legal frecuentemente se les ve como intromisiones en el mercado y como transgresiones a la libertad[2].
En México, estos factores han contribuido a que las autoridades no hayan abordado de una forma adecuada la situación y que no se haya perseguido una nueva normatividad para los medios. Castells reconoce esta pérdida de soberanía por parte del Estado pero argumenta que aún conserva su capacidad de acción. De esta manera, el Estado puede controlar a los medios al convertirse en un agente estratégico que puede negociar e intervenir en redes globales, respondiendo de esta manera con la multilateralización y la cooperación de sus recursos y políticas[3] para que puedan ser más eficientes.
Esta coordinación entre diferentes instituciones y agentes se ha empezado a explorar en el mundo de la comunicación por medio del monitoreo social de los medios y su comparación con las fuentes directas a las que ahora tiene acceso el público, gracias a la información en red[4] y también por la presión internacional de algunos países para atribuirle responsabilidades a los medios de comunicación.
Debido a que los medios se han convertido en los principales defensores de sus intereses y disputan el poder público con el Estado, éste para no perder su capacidad de acción, debe encontrar formas innovadoras de control, las cuales también gracias al flujo de información se puede aprender de las experiencias de otros países. Esto significa que sí hay esperanza para el control de los medios de comunicación, la cuestión depende de si el Estado y nosotros como sociedad decidiremos actuar o no.


Fuente:
[1] Castells, Manuel. ¿ Hacia el Estado red? Globalización económica e instituciones políticas en la era de la información. En http://www.gratisweb.com/marisolgs18/teoriaEstado/Otros/CASTELLS.PDF pág. 1
[2] Denis Mcquail . Mcquail´s mass communication theory (2003) pág.65
[3] Castells, Manuel. ¿ Hacia el Estado red? Globalización económica e instituciones políticas en la era de la información. En http://www.gratisweb.com/marisolgs18/teoriaEstado/Otros/CASTELLS.PDF Pág. 6
[4] José Carreño Carlón. Para entender los medios de comunicación. (2007) Pág. 67 carreño

domingo, 7 de marzo de 2010

La soberanía y los medios de comunicación

Las autoridades públicas de los países han perdido capacidad de influencia a la hora de diseñar el modelo político y social en las respectivas sociedades nacionales y se enfrentan a la imposibilidad de controlar la actividad de los grandes grupos empresariales y financieros.[1] En general, estos hechos se deben a muchos factores como: la difuminación de las fronteras entre los Estados, la reducción de distancias gracias a la tecnología y el poder económico que han alcanzado las empresas. Sin embargo, en el caso de las empresas que controlan los medios de comunicación hay un factor que interviene para que este sector se haya hecho muy poderoso, incluso llegándosele a denominar cuarto poder. Este factor es la influencia que pueden ejercer sobre la masa, la cual se debe a la capacidad que tienen de enfocar la atención del público en temas definidos pudiendo dejar otros de lado, y de esta manera intervenir en el proceso de toma de decisiones de los espectadores. Este efecto hace que los actores políticos estén en constante pugna entre ellos para obtener estos espacios y que hagan concesiones a estas empresas para poder aparecer en los medios.[2] Esto ocasiona que se vea limitada la soberanía de los estados porque el sistema de medios se convierte en un poder nuevo que marca las pautas de acción de los poderes tradicionales en la medida en que los obliga a jugar en sus escenarios y bajo sus reglas”.[3]
Según Luis Miguel Hinojosa, en su artículo “Globalización y Soberanía de los Estados”, este vaciamiento de soberanía interna (cuando la capacidad del Estado para tomar decisiones se ve influida por otros actores) no se centra únicamente en la definición de las normas, sino también en el control de su cumplimiento. [4] Esto es claro en el caso de México que cuenta con los derechos formales para que funcione adecuadamente la relación gobierno/medios/ sociedad: un acceso amplio a los actores sociales a medios independientes del poder político y libertad de expresión garantizada como derecho fundamental para todos. Sin embargo, el problema radica en que el gobierno no ha regulado su acatamiento al permitir que el sistema mediático limite el acceso equitativo a los medios y administre las libertades de expresión sin normas claras. [5]
Como dije en el artículo pasado, la liberalización que sufrió el país desde finales de la década de los 70’s limitó el poder del Ejecutivo dejando amplios vacios que han sido llenados por actores económicos. Esto no quiere decir que México no siga siendo soberano, ya que cuenta con la competencia de autonomía en la dirección de su política exterior y con el monopolio legítimo e la coacción, pero si implica que la soberanía se ve limitada y la democracia se puede ver afectada al ser reducido el espacio de lo público a unos cuantos actores.

Fuente:
[1] Hinojosa Martínez, Luis Miguel. Globalización y soberanía de los Estados. En http://www.reei.org/reei%2010/LM.Hinojosa%20Martinez(reei10).pdf p.2-5
[2] Carreño Carlon Carlos "Como entender los medios de comunicación" p.21
[3] Alvarez, Jesus Timoteo. Gestión del poder diluido: la construcción de la sociedad mediatica (1984-2004) P. 67
[4] Hinojosa Martínez, Luis Miguel. Globalización y soberanía de los Estados. En http://www.reei.org/reei%2010/LM.Hinojosa%20Martinez(reei10).pdfPág. p. 6-7
[5] Carreño Carlon, Carlos "Para entender los medios de comunicación" P. 39

sábado, 27 de febrero de 2010

Los medios de comunicación y el Estado







Las nuevas tecnologías y su manejo han jugado un papel muy importante en los cambios sufridos por los Estados-nación en cuanto a su soberanía y gobernabilidad sobre todo a finales del siglo XX. En el blog escribiré sobre el papel que juegan los medios de comunicación en esta situación.
De acuerdo con el sociólogo Daniel Pecaut, la gobernabilidad implica la habilidad de los gobiernos para responder eficientemente y legítimamente a los intereses de la mayoría.
En la actualidad, esto se complica por la gran cantidad de actores que pueden ejercer presión sobre el gobierno. Saskia Sassen en el libro “¿Perdiendo el control?: la soberanía en la era de la globalización” dice que las capacidades del Estado se han visto limitadas con el proceso de globalización económica, debido en gran parte al poder que ejercen las empresas.
Esto es evidente en las empresas que manejan los medios de comunicación. De acuerdo con Carreño Carlón, los medios actualmente aparecen como agentes directos de gestión en los sistemas tradicionales de poder. Esto implica que los Estados han visto aminoradas sus capacidades por la acción de los medios[1].
En México a mediados del siglo XX, los dueños de los medios de comunicación estuvieron alineados al partido dominante (PRI) y dependían en gran parte de este. Sin embargo, con el gran poder que alcanzaron los medios a nivel mundial debido a: 1) la influencia que pueden ejercer sobre las masas, 2) la cantidad de lugares a los que pueden llegar y 3) el poder económico que tienen, la relación ha cambiado. Actualmente el sistema mediático en el país ha conseguido tanto poder que algunos grupos políticos negocian con ellos e incluso se subordinan a sus intereses privados.
La socióloga Sassia Saskien dice que los cambios que ha traído algunos aspectos de la globalización (en este caso los medios de comunicación) obligan a los Estados a modificar sus reglas y a adaptarse para poder mantener su soberanía[2]. Quizá esto es lo que ha faltado en México, ya que debido al vacío legal que existe, los medios actúan bajo un poder discrecional y sin normas claras.
El derecho a los medios en México se fue abriendo gradualmente en las últimas décadas con el desvanecimiento del monopolio de la agenda que concertaba el Ejecutivo[3], sin embargo, no se legisló para que el monopolio no lo tuvieran ahora las empresas.
Un ejemplo de este poder, que el sistema mediático alcanzó en México, fue la ley Televisa. En 2006, se presentaron un paquete de Reformas a la Ley de Radio y Televisión. Esta legislación pretendía eliminar la facultad del Ejecutivo para otorgar o quitar las concesiones de radio y televisión y eliminar el poder discrecional del presidente para otorgar concesiones a grupos empresariales diferentes a los grandes conglomerados[4]. Aunque la resolución de la Suprema Corte de Justicia no fue favorable para que se pusiera en marcha esta pretendida ley, con la aprobación de los senadores y diputados se puso de manifiesto el poder que estas grandes empresas dedicadas a la comunicación han alcanzado. Esto sin duda debe hacernos reflexionar sobre la actuación del Estado mexicano. Es claro que aunque la liberalización que se ha logrado es importante para la democracia, para que haya gobernabilidad y para que la soberanía no pierda sus límites es necesario que lo que se ha avanzado para que el Estado no sea autoritario no se ceda a el poder privado, el cuál únicamente representa a unos pocos y no permite que el gobierno represente los intereses de la mayoría.


Fuentes:
[1] "Para entender los medios de comunicación", de Carlos Carreño Carlón p.27
[2] “¿Perdiendo el control?: la soberanía en la era de la globalización”, de Saskia Sassen p. 41
[3] " Para entender los medios de comunicación" de Carlos Carreño Carlón P.40
[4] El universal: "Que se haga justicia" 28/9/2006.

sábado, 20 de febrero de 2010

¿Tomar las riendas de la Globalización en América Latina?



Entre los países de América Latina y el Caribe existe un consenso sobre la creación de un organismo regional, paralelo o complementario a la Organización de Estados Americanos (OEA), que excluya a Canadá y Estados Unidos.
Algunos de los países que integran el Mercosur, como Brasil, han establecido durante las negociaciones que en este momento al parecer no existen las condiciones para crear la Unión, como cuando se planteó su surgimiento en 2008. Ahora la región está marcada por los efectos de una profunda crisis económica y casos como la crisis política en Honduras. Bajo este escenario, indicaron, se destaca que los esfuerzos pueden concentrarse más bien en la recuperación económica de la región a través de los organismos ya existentes donde hay esquemas definidos de cooperación, como el Mercosur para Sudamérica.
Aunque no se ha decidido la creación de este mecanismo regional, es importante tomarlo en cuenta por la función que cumpliría. Este sería un foro específico para discutir temas comunes a la región.
Según Aldo Ferrer, en su libro Historia de la globalización, al darse el fenómeno denominado globalización los países se enfrentan al dilema de cómo manejar su ámbito interno y el contexto mundial en el que se hallan inmersos. Es claro, que América Latina después de obtener su independencia de los países europeos creó una dependencia con Estados Unidos. La vinculación que se ha dado en esta región ha sido en torno a este país norteamericano y por esta razón la iniciativa representa un paso importante para América Latina, ya que implicaría una declaración de liberación hacia el Imperialismo de Estados Unidos y un intento de manejar su ámbito interno sin la influencia total de este país. Por lo tanto, aunque hay crisis económicas y no existen las mejores condiciones para crearla si hay que tomar en cuenta los efectos positivos que podría tener este organismo.


Fuente:
http://www.eluniversal.com.mx/internacional/66179.html

Conflicto de alcance internacional





Irán ha sido acusado de tratar de obtener el arma nuclear. Esto fue desmentido por su líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí, quien reiteró que el islam prohíbe las armas de destrucción masiva y aseguró que las acusaciones en ese sentido son fruto de la rabia. Pero sus palabras no disiparon la preocupación suscitada en el último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Rusia, Alemania y Francia se sumaron a las advertencias de Estados Unidos, lo que parece indicar que su campaña para endurecer las sanciones contra Teherán gana terreno.
El cambio de tono de Moscú es muy importante para el intento de EE UU de que el Consejo de Seguridad apruebe una nueva resolución sancionadora contra Irán. Rusia, que tiene derecho de veto, defendía que no había pruebas de que Teherán pretendiera hacerse con el arma atómica. Sin embargo, en las últimas semanas se ha mostrado más favorable a aumentar las sanciones ante la falta de cooperación.
El ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, anunció que las capitales europeas coordinan una respuesta al informe del OIEA. Ese texto confirma con precisión las muy graves preocupaciones de la comunidad internacional. Muestra cuán urgente es actuar con determinación para responder a la falta de cooperación de Irán.
En el texto de Globalization´s dimensions por Conway y Heynen se menciona que la globalización se refiere al proceso y consecuencias de dos fenómenos interrelacionados que traen consigo la comprensión de las interacciones globales de tiempo y espacio: la tecnología y las comunicaciones. En este artículo se puede comprender las consecuencias de este esparcimiento de la tecnología, ya que sus alcances no solo pueden afectar a un solo país.
Siempre hemos visto como mala la presión que los países más poderosos ejercen sobre los demás, sin embargo, en este caso es importante el poder que pueden tener para sancionar a Irán. Aunque cada país es soberano, cuando las consecuencias de sus acciones pueden interferir o afectar a más personas (el arma nuclear puede matar a millones de personas o ejercer presión sobre otros países) es necesario que las decisiones se tomen en conjunto y que se pueda ser consciente de las afectaciones e implicaciones que pueden tener. La globalización como afirman los transformalistas es una fuerza que esta causando cambios rápidos económica, política, social y yo agregaría tecnológicamente; por tal razón es necesario que se regulen las relaciones entre los países de manera que podamos adaptarnos con éxito a estos cambios.
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Europa/endurece/posicion/Iran/elpepuint/20100220elpepiint_2/Tes