domingo, 21 de marzo de 2010

El Estado ¿aún soberano?


Esta entrada al blog será la última que haré en referencia a los medios de comunicación y la pérdida de soberanía por parte del Estado-nación. En mis entradas pasadas he mencionado el gran poder que han alcanzado los medios de comunicación, ya que debido a la influencia que ejercen sobre las personas y el poder económico que tienen, han obligado a las autoridades a jugar bajo sus reglas y escenarios. Esta situación ha generado que cada vez sea más difícil para el Estado regularlos y tomar decisiones aisladamente de la influencia de estos.
Jorge Carpizo en su texto “Globalización y los principios de soberanía, autodeterminación y no intervención” menciona que la soberanía radica en la facultad de legislar, sin que otro poder pueda determinar el contenido de las normas[1]. Con el poder que han alcanzado los medios de comunicación esta facultad del Estado cada vez se vuelve menos autónoma, ya que las autoridades muchas veces terminan cediendo a las peticiones de estas empresas de la comunicación por temor al manejo, control y uso de información que puedan hacer.
El poder de los medios para enmarcar datos y símbolos con elementos de interpretación (framing) y priorizar jerárquicamente la información (priming), contribuye a que estas empresas puedan actuar irresponsablemente al manejar la información, utilizándola como una mercancía más y ejerciendo un poder oculto que actúa y presiona pero es irresponsable políticamente[2].
Este recurso que tienen los medios de comunicación es muy alarmante sobre todo porque el Estado es el encargado de regular las relaciones, establecer las pautas de convivencia y garantizar los derechos de las personas; sin embargo, si cede a las presiones de estas empresas pueden no verse garantizados estas pautas ni los derechos relacionados con la igualdad y libertad si a estos consorcios no les conviene.
Esto no quiere decir que sea demasiado tarde, como he mencionado en otras entradas, el Estado no ha perdido su soberanía porque sigue teniendo capacidad de acción y toma de decisiones aunque su facultad de legislar si pueda ser influida por otros actores. Sin embargo, el problema radica en que si los Estados no modifican su capacidad de respuesta a las nuevas demandas y circunstancias que la globalización ha traído; el vacio que dejen ellos será ocupado por otros actores (en este caso los medios de comunicación), haciendo de esta manera más difícil mantener el control interno.
Para que cada vez sea más efectivo el papel de los estados en el control a los medios de comunicación, propongo que los gobiernos empiecen por las áreas donde si tienen capacidad de acción como: a) garantizar como derecho fundamental la libertad de expresión, b)regular el acceso de los actores sociales a los medios de manera que pueda ser amplio e independiente de los poderes estatales, c)promover un derecho de acceso a la información pública amplio y e)procurar tener una población más educada para que sea menos proclive a ser manipulada.

Fuentes:


[1] Jorge Carpizo, "Globalización y los principios de soberanía, autodeterminación y no intervención" p.9. El artículo puede encontrarse en: www.bibliojuridica.org/estrev/pdf/derint/cont/4/art/art4.pdf
[2] Ibidem, p.10-13.

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